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Jorge Rafael Videla habló al finalizar la audiencia trigésimo primera del juicio en el que es juzgado junto a otros 30 acusados en la provincia de Córdoba.
Aseguró que “fuimos un ejército cruel”, y denunció "una campaña de desprestigio contra el Ejército Argentino". Asimismo, negó los hechos ocurridos en la Cárcel de San Martín de Córdoba durante el último gobierno militar. A continuación, algunos tramos de su declaración:
"Que fuimos crueles, nadie lo dude. Lo hicimos en el marco de crueldad que impone toda guerra por sus propia naturaleza. Pero señor presidente, no fuimos ni integramos una asociación ilícita" dijo Videla.
Recordó una frase de Nicolás Rodríguez Peña, militar integrante de la segunda junta de gobierno argentina y uno de los hacedores de la Revolución de Mayo. “Que fuimos crueles, ¡vaya con el cargo! Mientras tanto tienen ustedes la patria que no está en el compromiso de serlo. La salvamos como creíamos que debíamos hacerlo. Hubo otros medios. Nosotros no los tuvimos, ni creímos que por otros medios fuéramos capaces de hacer lo que hicimos. Gocen de los resultados. Nosotros seremos los verdugos, sean ustedes los hombres libres".
Y continuó: "A ese ejército al que represento en estas circunstancias, y al que quiero desagraviar denunciando una campaña sistemática de desprestigio, con vistas a su destrucción como institución de la republica objetivo intermedio para subvertir la nación al mejor estilo de Gramsci".
"No es cierto que el personal del ejército cumpliera tareas permanentes en los pabellones de la UP1, que le permitiera otorgar golpizas de día y de noche al personal allí detenido. Ni la justicia lo hubiera tolerado, ni el ejército consentido".
"Los presos especiales realizaban tareas de combate, adoctrinamiento y planeamiento en esta dependencia carcelaria, situación que terminó desbordando a las autoridades del penal que terminaron pidiendo la asistencia del ejército sumando su presencia en actitud disuasoria".
"Sí es cierto que este personal detenido hacía honor a su condición de militantes realizando dentro de la cárcel tareas de entrenamiento de combate, adoctrinamiento, planeamiento, frente a lo cual el personal de servicio penitenciario se vio desbordado. Luego, inmediatamente después del 24 de marzo de 1976 las autoridades de la cárcel solicitaron a esta fuerza colaborar esporádicamente en la realización de tareas esporádicamente en las requisas fuera de los pabellones sumando su presencia en actitud disuasoria".
"Hace ya dos meses que en forma insistente y reiterada venimos escuchando testimonios poco espontáneos y hasta diría teatralizados, a través de una repetición sistemática de acusaciones falaces centradas en dos de los acusados, a los cuales se pretende ridiculizar con apodos".
"odos los testigos se presentan como víctimas, cuando el común denominador que los une es haber pertenecido al terrorismo con distintos grados de participación".
Informe: Natalia Brusa (Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba) y José Ferrer (Tribunal Oral Federal Nº1 de Córdoba).