CENTRO DE INFORMACIÓN JUDICIAL AHORA EN TELEGRAM
SUSCRIBITE A NUESTRO CANAL Y RECIBÍ LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
CENTRO DE INFORMACIÓN JUDICIAL AHORA EN TELEGRAM
SUSCRIBITE A NUESTRO CANAL Y RECIBÍ LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
El juez Carlos Rozanzki, integrante del Tribunal Oral Federal Nº1 de La Plata, que lleva adelante el juicio oral por delitos de lesa humanidad cometidos en el marco del llamado “Circuito Camps”, aseguró que “la ventaja de haber unificado las causas en este proceso es que seis o siete juicios que durarían quince años se podrán hacer en alrededor de un año”.
Asimismo, el magistrado dijo que “en este caso, estamos hablando de más de cien mil fojas, por lo que existe una imposibilidad material de estar 24 horas leyendo. Por eso, se buscan mecanismos que permitan estar familiarizado con los hechos, con las víctimas, y con la necesidad de llevar adelante el objetivo del juicio, que es saber qué pasó, y si eso que sucedió permite atribuirle responsabilidad a alguien”.
En ese marco, Rozanski remarcó que “a mayor complejidad de la causa, y ni que hablar cuando se suman distintas causas, mayor es el desafío. Pero también mayor es la ventaja, porque si eso se logra, y es lo que se está logrando unificando causas, la ventaja es geométrica. Si cada uno de estos juicios se hiciera separado, es decir si no se hubieran unificado causas, estaríamos hablando de entre diez a quince años de juicios, tiempo que no tiene ninguna relación con lo que en realidad va a durar”.
“Para el proceso histórico que significa la verdad, la Justicia, la reparación y la memoria, cuanto menos tiempo se tarde en agotar esas etapas, va a ser más sencillo mirar hacia adelante. Uno de los desafíos es que estos juicios se hagan rápido, en la medida de lo posible. En este caso se pudo lograr, para llegar al inicio del debate con un juicio unificado”, sostuvo el magistrado.
En tanto, con respecto al desafío que implica para el Poder Judicial la realización de los juicios por delitos de lesa humanidad, el juez aseguró que “ninguno de nosotros fue preparado para realizar un juicio por hechos sucedidos treinta años atrás. Estos procesos pusieron a prueba a todo el sistema judicial, incluyendo al sistema procesal. Un ejemplo muy concreto es que en el juicio a Christian Von Wernich, se planteaba iniciar un debate a poco tiempo de haber desaparecido un testigo, Jorge Julio López. Se planteaba cómo hacer para que los testigos declararan sin temor. O cómo hacer, por ejemplo, cuando dos de esos testigos son un matrimonio que hace cuarenta años vive en la misma casa, y el código dice que tienen que estar incomunicados dentro de la sala de audiencias”.
Asimismo, Rozanski afirmó: “Es un ejemplo del absurdo, pero del absurdo porque ese código no fue hecho para estas cosas. No quiere decir que no se aplique, sino que el desafío para el Poder Judicial y para cada juez o tribunal, es cómo hacer para que algo que el tiempo hizo quedar absurdo no viole el debido proceso de los acusados o de las víctimas. Ese desafío se está resolviendo en cada tribunal y creo que el balance es positivo”.