Este miércoles se retomará el juicio oral en Córdoba contra el ex presidente de facto Jorge Rafael Videla y otros 30 acusados por violaciones a los derechos humanos.

En la jornada, está previsto que el Tribunal Oral Federal N° 1 de esa ciudad, que encabeza el debate, continúe con la recepción de las declaraciones testimoniales.

En tanto, durante la tarde del martes declararon como testigos José Pascual Castillo, un ex miembro del Servicio Penitenciario, y Ricardo Pablo Perazzolo, de 78 años de edad, profesor de educación física, pertenecía al Ejército, con grado de Mayor. A continuación, parte de sus declaraciones:

Declaración de Castillo

“Tengo miedo de que me pongan una bomba en mi casa. Acá, donde me ve, en esa maldita cárcel perdí mi riñón, un pulmón, un testículo y luego me jubile por invalidez.”

“En esa maldita cárcel, porque me mandaban a trasladar a sedosos, me contagié de tuberculosis galopante residual, del pulmón me pasó al riñón y al testículo. Después de esto me quise quitar la vida.”

“A los detenidos los llamaban guerrilleros, para darles un nombre. Tuve suerte de ver poco.”

“Mi puesto dentro de la cárcel era en la sección industrial. Fui maestro de herrería y dibujo técnico.”

“En el único hecho que estuve fue en un día en el que faltó un personal. Me mandaron arriba. Fue la muerte del chico Vaca Narvaja. Me pasaron a la planta alta y, cerca del mediodía, el inspector del penal y el celador me pidieron unos detenidos. Me pidieron a Vaca Narvaja, a los dos De Breuil y a los dos Toranzos. Con los Toranzos hicimos amistad. Cuando voy a buscarlo al pabellón en la puerta estaba Vaca Narvaja, Le dije que tenia que ir, que estaban los gendarmes. Se puso a llorar y a decirme que lo iban a matar. Se me prendió del cuello llorando, le pedí a Dios que me ilumine, no sabia que hacer con ese pibe. Entonces fui a hablarles a Moukarzel y a Ceballos. Me dijeron que no me haga problema y hablaron con el. Los saqué del pabellón y los llevé al primer centro. Los entregamos y nos fuimos a nuestro puesto. A las horas nos llamaron para ir a buscar a los presos que traían de vuelta. Sólo estaba De Breuil y, llorando, me contó todo. Lo llevé al pabellón y eso fue todo. Fue horrible.”

Declaración de Perazzolo

 “En mi rol de profesor de gimnasia no tenía mando de tropa ni comando. Sólo me dedicaba a organizar campeonatos deportivos y a dictar actividades físicas.”

“Las órdenes eran manejadas por el cuerpo de comando. Mi jefe era Fernández Torres.”

Al término de la jornada, pidió hacer uso de la palabra el imputado Enrique Mones Ruiz. Con un cuadro realizado en Power Point, el acusado explicó el funcionamiento del Ejército. En la última diapositiva explicó: “Se dice que había tres guardias: la de Alsina, la de Mones Ruiz y otra de Gendarmería. Es absurdo insistir con esta teoría”.

Informe: Natalia Brusa (Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba) y José Ferrer (Tribunal Oral Federal Nº1 de Córdoba).