Este jueves, con motivo de la celebración del centenario de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, se realizó un tedeum en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar a las 11.  A continuación, hubo una ceremonia a las 12.30, en el Salón de Actos en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

La presidente de la Cámara, María Lilia Gómez Alonso de Díaz Cordero, dirigió unas palabras alusivas. Posteriormente, habló el ex juez de la Cámara y actual miembro de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales,  Jaime Luis Anaya. Cerró el acto el presidente  de la Corte Suprema de Justicia de la Nación,  Ricardo Lorenzetti.  A su término, los vocales de la Cámara Comercial entregaron diplomas conmemorativos al personal del fuero. 

“Hoy percibimos con total nitidez el acierto de la decisión de crear un fuero exclusivo para los asuntos comerciales. El tiempo transcurrido corrobora la importancia cualitativa y cuantitativa de esta categoría histórica que constituye el derecho mercantil”, afirmó Gómez Alonso de Díaz Cordero.

La presidenta de la Cámara agregó que “conforme con las enseñanzas recibidas de quienes nos precedieron continuaremos con la constante profundización de nuestros conocimientos y la optimización de la praxis judicial, porque la realidad nos desafía y nos compromete cotidianamente”.  

A su turno, Lorenzetti expresó que "como Poder Judicial estamos orgullosos de lo que se ha hecho en estos 100 años en el fuero y de lo que se está haciendo actualmente".

Agregó que "es necesario que todos los poderes del Estado entiendan la necesidad de que esto sea una política de Estado y que todos colaboren, porque se necesitan más jueces, más edificios, adaptar las tecnologías, para que todo este esfuerzo que hace la comunidad que integra el Poder Judicial rinda mejores resultados. Por eso es que siempre insistimos, porque la verdad es que falta mucho en todos estos campos".

"También falta colaboración del Poder Legislativo, porque es necesaria legislación sobre el derecho común. Si no hay legislación, el hueco que se produce lo terminan llenando los jueces y la doctrina, y esto dificulta extraordinariamente el trabajo", señaló Lorenzetti.