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    Comenzaron a declarar testigos en el juicio contra Jorge Rafael Videla

    Se produce este miércoles, luego de que el tribunal diera por finalizada en la última audiencia la ronda de declaración de imputados. Se trata del proceso que se le sigue al ex presidente de facto y a otros 30 acusados por crímenes de lesa humanidad
    Comenzaron a declarar testigos en el juicio contra Jorge Rafael Videla

    Este miércoles comenzaron a declarar testigos en el juicio oral que se le sigue en Córdoba al ex presidente de facto Jorge Rafael Videla y a otros 30 acusados, por crímenes de lesa humanidad cometidos durante el último gobierno militar.

    “Vengo sin odios, no quiero venganzas y si espero que la justicia diga quien mató a mi mujer. Llego a esta instancia con mucha esperanza que los responsables del fusilamiento de mi mujer sean condenados en base a pruebas y a un juicio que en el caso de mi mujer no respetaron".

    Con estas palabras comenzó su declaración  el testigo Luis Miguel Baronetto, quien fue preso político en la Penitenciaría y sufrió la muerte de su esposa Marta Gonzalez de Baronetto.

    Luis Miguel Baronetto, quien militaba  en el  Partido Peronista Auténtico, fue detenido el 14 de agosto de 1975 junto a su mujer y llevados al D2. Luego de ser interrogados y sometidos a tormentos,  fueron llevados  a la Penitenciaría  donde relató que  legalizaron su detención acusándolo de  asociación ilícita y de infracción a la ley de seguridad 20840.

    Al comenzar su testimonio, el testigo reconoció a  Jorge R. Videla y a Luciano B. Menéndez por ser personajes públicos, al coronel Meli a quien sindicó como quien  firmó el fusilamiento de su mujer, al coronel Pedro Mones Ruiz  y a Gustavo  Alsina, de quienes dijo  que eran los autores de los tormentos. También reconoció al cabo Pérez.

    Uno de los momentos salientes del relato fue cuando el testigo contó cómo se había enterado que su mujer había  dado a luz: “Un gendarme vino y me dijo que mi esposa que estaba en otra celda  le habíá pedido que me avisara que había sido padre de mi segundo hijo”.

    “Hacía mucho frío y nos habían sacado las colchas. Los que se iban dejaban la ropa  a los que quedaban porque sabían que los iban a matar. A mi me sacaron, yo repartí mi ropa  pero resultó que me llevaron al registro civil para que anotara a mi hijo que ahí me enteré que se llamaba Lucas Ariel. Cuando volví les pedí que me devuelvan la ropa”.

    "A mediodía del 11 de octubre, compañeros de celda me pasaron un  mensaje escrito en un  papel higiénico  en donde me avisaban que  la habían matado a Marta, mi mujer"

    Baronetto relató que cuando pidió explicaciones a los funcionarios judiciales que se desempeñaban durante esos años acerca de la muerte de su esposa, solo logró que le leyeran un comunicado del Ejército en el que brevemente se relataba la circunstancia de la muerte  de ella y estaba firmado por el Coronel Meli.


    -Párrafos salientes del testimonio de Luis Miguel Baronetto durante la intervención del Ministerio Público

    “Intentamos escribir una carta en un papel higiénico a Primatesta, para denunciar el tratamiento carcelario, pero en una requisa se la tuvieron que comer.”

    “Me dieron la posibilidad de fugarme , me dejaron 15 minutos solo afuera del policlínico policial y yo no me fuí porque consideraba que no tenía de qué escaparme, porque mi actividad era conocida y la desarrollaba a la luz del día”.

    “Pude verificar que el lugar donde dice el comunicado del Ejército que murió mi mujer -en una emboscada durante un traslado-, era intransitable y que la intersección de 6 de septiembre y Martín García no existía. Eso se constató en una inspección ocular realizada por el Juzgado Federal Nº3”.

    “El cuerpo de mi mujer fue identificado por mi cuñada  y retirado del Hospital Córdoba. Tenía tres tiros en la cara”.

    “Tengo una carta de Primatesta al Ministerio del Interior intercediendo por mi situación".

    “Mi mujer y yo pensábamos que era un secuestro, no había orden de detención. Lo primero que hicieron fue ponernos una capucha en la cabeza”.

    Con relación al nacimiento de su hijo, afirmó que un médico de apellido Cacciavigliani le aseguró haber atendido a varias mujeres de la penitenciaría y le pidió que se quedara tranquilo, porque de ser así, él no la había atendido a su mujer si antes no le habían sacado las esposas,  porque los militares no querían que les sacaran las esposas a las mujeres mientras éstas daban a luz.

    Informe: Natalia Brusa (Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba) y José Ferrer (Tribunal Oral Federal Nº1 de Córdoba).

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