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“Es esencial darle la mayor publicidad posible a los juicios de lesa humanidad, porque la sociedad argentina debe conocer que sucedió, y tiene además que saber que hay una Justicia que está investigando estos hechos”, afirmó el juez federal de Córdoba Jaime Díaz Gravier, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 de esa ciudad, que juzga al ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, y a otros cinco imputados por crímenes contra los derechos humanos cometidos durante el último gobierno militar.
En esa línea, el magistrado remarcó que “el primer derecho que tiene el pueblo es saber qué hacen los poderes del Estado y qué hacen sus funcionarios. Por eso le dimos a este juicio la mayor publicidad, con algunas restricciones de índole práctica que tenían que ver con la protección de la integridad física y psicológica de los testigos. Hemos tomado las previsiones más amplias en este sentido pero a la vez le garantizamos a la prensa, a través de una sala específica en la que se transmiten las jornadas del juicio, que pueda seguirlo con la única restricción de no capturar esas imágenes ni darlas a publicidad pero sí relatar lo que han dicho los testigos”.
En relación a la importancia de este tipo de juicios, Díaz Gravier dijo que “están poniendo de resalto todo un período ciertamente dramático de nuestra historia, y que la sociedad argentina todavía no ha terminado de procesar, en el sentido sociológico de la palabra. Estos debates, en los que se han respetado todas las garantías y derechos de los imputados, pero en los que también se debe proteger a víctimas que son a su vez testigos y que no pueden volver a ser victimizadas, nos obligan a un esfuerzo moral de llevar a cabo el esclarecimiento de episodios muy oscuros de nuestra historia”.
Con respecto a las dificultades para la realización de los debates, el juez afirmó que “son muchas, porque se plantean cuestiones de índole práctica, ya que a veces son causas muy voluminosas en cuanto a la cantidad de imputados o de víctimas. Además, también es difícil hallar un lugar físico en el que se puedan desarrollar, ya que las salas tradicionales de nuestros tribunales en las que se llevan adelante juicios orales son insuficientes para este tipo de debates. Por eso es necesario ver de qué manera pueden realizarse en espacios dignos, porque un juicio no puede convertirse en un espectáculo de tribunas: tiene que haber por parte del tribunal un control absoluto del público, que tiene derecho a asistir a las audiencias pero que debe hacerlo con una actitud de respeto.
En el caso de la provincia de Córdoba, Díaz Gravier destacó que "hemos podido realizar estos juicios en nuestra Sala Mayor de Audiencias en forma ordenada y prolija”.