La Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal, integrada por los jueces Ana María Figueroa (presidenta), Mariano Hernán Borinsky y Gustavo M. Hornos, confirmó la condena de Julián David Sosa y Alberto Gabriel Koning a la pena de prisión perpetua, por resultar coautores penalmente responsables del delito de homicidio calificado por haber sido cometido con alevosía y para lograr su impunidad.

Se trata de un caso en el cual un hombre -con la colaboración de un amigo- mató a otro, que previamente le había dado trabajo como albañil. Fue así que el primero de los nombrados, junto con su amigo, se presentó en la casa de la víctima, ya terminados sus servicios. En tales circunstancias, uno de ellos le propinó un golpe de puño en su rostro, y luego ambos lo inmovilizaron, enlazando sus manos por la espalda mediante precintos.

Con la víctima en estado de indefensión, le sustrajeron la suma aproximada de doscientos pesos, un teléfono celular, dos llaveros y diversas herramientas. Toda vez que, como se refirió, la víctima conocía a uno de sus atacantes, los imputados – para lograr la impunidad del desapoderamiento cometido – le asestaron doce puñaladas, aprovechando su estado de indefensión, causándole la muerte.